Disciplina y disciplinariedad
Una disciplina es un saber que
abarca un conjunto de conocimientos de un ámbito específico, agrupados de modo
sistemático. Por lo que se distingue por su carácter especializado y
científico. Esas ramas del saber son también objeto de enseñanza-aprendizaje.
De modo que pueden organizarse para ser enseñadas. La serie de conceptos que
emplean las diferentes disciplinas para construir sus teorías, representan un
mapa de una región de la realidad, pero no el territorio en su totalidad. El
concepto "disciplina", también ha estado ligado al desarrollo de la
ciencia. Por ende, El concepto de salud está determinado por el momento
histórico-social de la humanidad. Así, tenemos que los pueblos primitivos
consideraban la salud como algo mágico, por lo mismo, la práctica de la
Medicina tenía un carácter religioso, pues se pensaba que la enfermedad era el
castigo recibido por infringir las reglas. Actualmente en algunas comunidades
la práctica de la Medicina se efectúa con las mismas características; La
instrucción médica formal se inició en la India en el siglo VII a. C., cuando
se fundaron las universidades de Taxilia y Benarés, finales de la Edad Media y
como consecuencia del urbanismo, el comercio y el nuevo orden económico, tuvo
lugar la Revolución Científica, en la cual el médico, como hombre de ciencia,
incursionó en el terreno de la Anatomía, Fisiología y Patología, disciplinas
fundamentales en la observación directa y experimentación, dando fin a la
Medicina mágica y reconociendo que el origen de las enfermedades obedecía a una
causa específica.
La disciplinariedad es la división de la ciencia en ciencias o
su configuración en saberes científicos especializados, en materias
determinadas o cuerpos formales de estudio y explicación de los fenómenos
particulares de la realidad.
En la actualidad, la rigurosa
"disciplinarización” del conocimiento, se convierte en una tarea debatida,
aun cuando existen defensores de la idea clásica de la independencia absoluta
de las ciencias. Otros insisten en que tal concepción, aísla el objeto de
estudio, respecto de su entorno y del observador, y elimina todo aquello que no
pueda medirse, cuantificarse o ponerse en un lenguaje matemático. Por eso, las
ciencias clásicas (la física, la química, etc.), se encuentran separadas unas
de otras y han contribuido a la fragmentación del conocimiento y a la
“hiperespecialización”.
Las actuales condiciones laborales, demandan
“ser bueno” dentro de una disciplina específica y contar con sólidos
conocimientos de otras disciplinas. Por ejemplo, no se puede ser un buen
fisioterapeuta, sin una base en fisiológica y química además de “saber” muchas
otras cosas fuera de la ciencia. Ya no es suficiente la visión de ciencia,
desde la cual, cada disciplina se crea autosuficiente. El ser humano, en el
campo intelectual, debe reconocer, que, en el momento actual, al pretender la
solución de problemas epistemológicos, necesita del concurso de conocimientos,
métodos y técnicas de diversos campos.
Tenemos 5 tipos de
disciplinariedad:
1. Multidisciplinariedad.
2. Pluridisciplinariedad.
3. Interdisciplinariedad.
4. Intradisciplinariedad.
5. Transdisciplinariedad.
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